Poza Rica, Ver.-  En Veracruz pareciera que la vida no vale nada; aquí se vive entre el miedo, bajo la sombras de la muerte y bajo la ley de los grupos delincuenciales. Los más 1,194 homicidios, más de 178 feminicidios y más de 200 secuestros confirman que Veracruz se escribe con “V” de violencia y “V” de vergüenza.

Mientras el gobierno de Cuitláhuac García se enfrasca en una disputa política-personal con el Fiscal Jorge Winckler, Veracruz pasó a ocupar el primer lugar nacional en feminicidios y en secuestros de mujeres. Es uno de los estados más violentos del país y el segundo donde la población vive agobiada por el miedo (percepción de inseguridad).

Hoy, ciudades como Coatzacoalcos, Minatitlán y Xalapa se encuentran consideradas dentro de las 100 más peligrosas del mundo y donde más se matan mujeres, superando a ciudades fronterizas como Chihuahua.

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Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirman el grado de violencia que prevalece en Coatzacoalcos, Minatitlán y Xalapa. También en Poza Rica, Tuxpan, Martínez de la Torre, Papantla, Tihuatlán y otros municipios. Lugares turísticos como Tecolutla, Coatepec y Papantla viven agobiados por las ejecuciones y extorsiones.

“Llevamos 1,194 homicidios y 154 feminicidios, desde el primero de diciembre, hasta el mes de agosto”, reveló la senadora veracruzana Indira Rosales San Román, quien además agregó que, el estado está viviendo la peor crisis de inseguridad de su historia.

El propio Senado de la República solicitado al Gobernador Cuitláhuac García que dé a conocer públicamente su estrategia de seguridad y no lo ha hecho.

El mes de agosto ya pintaba igual de violento que junio  y a principios de semana, ya se tenían registrados 124 homicidios. La cifra  de muertos sigue creciendo por el ataque en el centro nocturno “El Caballo Blanco”, de Coatzacoalcos, por las ejecuciones reportadas en Cosoleacaque, Xico y Tuxpan y por dos feminicidios en Tihuatlán y  en el sur del estado.

En Veracruz la violencia no respeta a nadie, lo mismo matan mujeres, hombres y niñas. En el caso de los feminicidios el mayor número de ataques en Veracruz han sido cometidos por desconocidos, por parejas o exparejas, por policías, por familiares de la víctima, por secuestradores, por ladrones y conocidos de la víctima.

Entre los crímenes de niñas y niños que más han indignado a la comunidad, destacan el de Florencia, de 12 años, quien fue atacada sexualmente en Zozocolco y el de Yeimi, de 14 años, apuñalada por su padrastro en Poza Rica.

Blanca, de 12 años, fue  asesinada a balazos en Santa Ana Atzacan.  Denisse, de un año de edad, murió en hospital de Córdoba por lesiones causadas por su padre.

Esta es la triste realidad de Veracruz, donde el gobierno intenta reducir las elevadas cifras de homicidios y secuestros con su política de “abrazos, no balazos” y “el narco también es pueblo”.