Atexcal, Pue.- El regreso a clases programado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para este 24 de agosto no será fácil para muchos alumnos del país, pues varias familias en la Mixteca están en la incertidumbre por no contar con la tecnología o señal digital porque viven en condiciones de pobreza extrema.

Esta es la cruel y cruda realidad de 40 familias de Agua El Gabriel, una localidad que se encuentra a 8 kilómetros, de la cabecera municipal de Atexcal, ubicada en lo alto de un cerro, en una zona de difícil acceso, debido a la falta de transporte.

El diario El Sol de Puebla realizó un reportaje especial, enfocándose en una de las familias de dicha zona. Humberto, Álvaro y Guadalupe, de 3, 10 y 14 años, viven con sus padres en un en una casa de palos, láminas y palmas secas, como la mayoría de hogares que hay allí.

Dentro de la casa sólo tienen un colchón desgastado, algunas cobijas viejas y el frío cala los huesos sin dar tregua, ni siquiera cuando el sol está en lo alto del cielo.

Guillermina Hernández, madre de los niños, se dedica a las labores del hogar, mientras su esposo sale al campo para hacer faenas, porque por el momento no hay trabajo como albañil, oficio que realiza en algunas ocasiones.

El regreso a clases es un tema incierto para ellos, de acuerdo a lo señalado por la madre, están a la espera de que la maestra se presente a informarles de cómo trabajarán, pero suponen que lo harán como hasta ahora han trabajado: la docente les iba a dejar las actividades y tareas hasta la escuela.

Esta situación no sólo la viven los hijos de Guillermina, ya que aproximadamente 40 niños del nivel primaria y 20 de preescolar de esta comunidad tienen el mismo panorama para volver a las clases, detalló la nota especial.

Debido a esto, es imposible que ellos puedan acceder a las clases en línea o televisión y radio, incluso, la madre de familia señaló que no tienen idea de nada de eso. En su casa no hay televisor o grabadora, mucho menos una computadora, no conocen nada sobre ese tipo de tecnología.

La luz eléctrica sólo la utilizan para alimentar dos focos con los que iluminan su vivienda, uno es su dormitorio y otro en la cocina improvisada.

– “¡Cuando sea grande me compraré mi celular!”, interrumpió con emoción Álvaro, el niño a quien más le gusta platicar, destacó el diario.

“Aquí si bien nos va, comemos frijolitos, sopa o arroz, rara vez comemos pollo y cuando no tenemos, pedimos fiado una sopa en una tiendita de mi vecina, pero si no, pues pura tortilla con sal, como hoy”, comentó la señora Guillermina sin perder la sonrisa.

A esta realidad de las familias que viven en las zonas marginadas de los estados, se le suman los problemas de lento aprendizaje que tienen algunos pequeños, además, muchas veces los padres son analfabetas, es decir, no saben leer ni escribir, impidiendo que apoyen a su hijos en las actividades escolares.

Por si fuera poco, ahí no llegan los programas de apoyo del gobierno y el trabajo también es escaso.

LA DESERCIÓN ESCOLAR

La SEP ha reconocido que, antes de iniciar las clases, ya se había registrado una deserción escolar del 10 por ciento en niños, mientras que en jóvenes de educación superior es del 8 por ciento, afirmando que trabajarán para evitar que la cifra aumente en el futuro.

En Puebla, la deserción es en promedio 10 por ciento de los estudiantes de educación básica, de acuerdo con los resultados del diagnóstico realizado por las Secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), detalló El Sol de Puebla.

Entre las causas de la deserción que se han detectado, se encuentran la falta de recursos, desempleo de los padres, fallecimiento de alguno de los tutores, falta de computadora o Internet, entre otras.

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